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Este museo que conocí siempre tenía su portón abierto, cuando subías la escaleras de su hall te encontrabas unas puertas de madera y cristal pintadas de blanco que aislaban del frío y calor. En esta planta, se situaban los conserjes que te proporcionaban la entrada, también el acceso que llevaba a la oficina y el despacho de dirección. Si bajabas por las escaleras, ibas al taller-almacén de restauración. Si subías, te encontrabas a mano izquierda con la sala de exposiciones temporales y la biblioteca. De ahí, por una escalera con moqueta y madera crujiente, que tenía en su primer tramo pinturas donadas por artistas contemporáneos, accedías a los espacios expositivos del museo. En una de las plantas se encontraban altares, esculturas, objetos litúrgicos, pinturas y en otra, cuadros de gran tamaño del depósito del "fondo del museo del Prado"...
Espero que todo haya mejorado, que este museo ya no sólo sea un edificio y sí, también su contenido. Espero que haya ambición y que las próximas obras sean las de ampliación incluyendo al cercano edificio de Correos entre sus instalaciones.
Deseo lo mejor, lo peor ya ha pasado.
Ver link : Algunos post sobre este museo y otras iniciativas museísticas fracasadas
3 comentarios:
... En principio se nota que le pasaron el plumero a la fachada...
Más vale tarde que nunca.
Abandonar un museo es como querer prescindir de la historia. Espero esa recuperación documentada por tu cámara.
Un abrazo.
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