Hay graffitis con voluntad de tener presencia en Logroño, son dibujos que se repiten instintivamente por el autor una y otra vez, parece que dicen: -aquí estoy yo. Algunos como éstos, tanto los podemos ver al borde de la circunvalación, como en el parque del Ebro.
Me recuerda un poco a un personaje de un comic egipcio, le he llamado el cabeza cuadrada por sus rasgos, pero tiene alma y sentimientos. Una vez fuma, otra está contento, triste... Su autor no mantiene una postura de protesta, sólo parece buscar presencia en la ciudad, un adicto al graffiti.
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