Si el elefante de esta foto hablara, quizás pudiera contarnos la historia del abandono de este edificio y de todo el casco viejo. Estamos en la calle Herrerías y se quiere realizar una actuación de mejora, es decir, uno de esos PERIs rehabilitadores. En esta ocasión la fachada se va a conservar y aunque esta medida es escasa, también me parece extraña, yo era de los que pensaba, que el casco antiguo acabaría siendo una escombrera y que sus trozos se venderían a los turistas, al igual que se hace con el muro de Berlin.
El graffiti llama menos la atención que la pared numerada como un cartón de bingo.
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