La escultura denominada Puerta del Ebro se inauguró en 1994 y es obra del escultor logroñés Guillermo Grisaleña. Esta interesante estructura metálica de acero oxidado tiene unos 4 metros de altura y unos 5 metros de ancho y fue construida por Trabinox.
El monolito constituye un símbolo, es una puerta abierta, una puerta al río, una puerta a una concepción de ciudad diferente, una puerta para que los logroñeses pudieran respirar, una puerta sin una muralla. Y digo esto con la perspectiva del pasado. Hoy, parece que la creación del cinturón verde alrededor del Ebro e incluso del Iregua, es una tendencia natural, pero un año antes que se inaugurara este monumento lo hizo el Parque del Ebro y no todos los logroñeses estaban de acuerdo, muchos pensaron que era un despilfarro. -¡Gracias a los que tuvieron esa apertura de mente y supieron convencer a todos!
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