En Logroño, las piedras románicas, sirvieron para edificar las góticas, las iglesias y conventos desamortizados fueron la cantera de las murallas del siglo XIX y éstas a su vez se reaprovecharon para construir el ensanche de la ciudad y… ahora, en la lógica universal de Darwin, o mejor dicho del dinero que ha hecho evolucionar los barrios, la ciudad y las mentalidades de sus ciudadanos, toca la suerte a este edificio y a toda la manzana de Bretón de los Herreros. Pronto caerá derrotada, derribada, esta “ruina de casa” para que algunos hagan fortuna y la ciudad "progrese". –¿alguna vez cambiará esta historia ya antes vivida?
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