martes, 15 de diciembre de 2009

Cuando la propaganda quiere ser historia

La historia es la que es,  aunque no nos guste, pero es del todo innecesario seguir manteniendo en las paredes de las iglesias y en el callejero de Logroño la propaganda de esta época antidemocrática. No entiendo que celebremos la fiesta de la Constitución, defendamos por el mundo la Declaración Universal de Derechos Humanos y no seamos capaces de desatornillar unos carteles o aprovechar la limpieza, en este caso de la concatedral de la Redonda, para borrar estas inscripciones. Seamos coherentes y también por que no decirlo, guardemos un poco de respeto con aquellos que en este periodo fueron víctimas.


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