La historia es la que es, aunque no nos guste, pero es del todo innecesario seguir manteniendo en las paredes de las iglesias y en el callejero de Logroño la propaganda de esta época antidemocrática. No entiendo que celebremos la fiesta de la Constitución, defendamos por el mundo la Declaración Universal de Derechos Humanos y no seamos capaces de desatornillar unos carteles o aprovechar la limpieza, en este caso de la concatedral de la Redonda, para borrar estas inscripciones. Seamos coherentes y también por que no decirlo, guardemos un poco de respeto con aquellos que en este periodo fueron víctimas.
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