Este horno y expendiduría es un lugar entrañable con su mostrador blanco de otra época y el olor a buen pan. También es el primer comercio que ven los peregrinos que entran a Logroño por la Ruavieja y seguro que alguno de ellos, compra el pan en forma de concha y el que no, puede elegir entre la barra hueca o sobada, típicas del Logroño de siempre.
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