Hacer un monumento a "Los Reyes magos", me parece un tanto surrealista y pueril. Pero lo peor de toda esta actuación "decorativa urbana", es que se prescinde en una gran medida del artista y se pasa a fabricar monumentos, como si fuéramos a la tienda de todo a cien. En este caso, la tienda, es un taller de acero corten que fabrica tres perfiles de reyes magos, como podía hacer el perfil de Mickey Mouse o del Ratoncito Pérez... ¿Dónde está el arte? ¿Con qué criterios se eligen este tipo de esculturas? Nos encontramos ante otro ejemplo de rotonda monumental absurda, una de las muchas que decoran nuestras ciudades y que sólo sirven de referencia (a veces impactante) para no perdernos en unos barrios nuevos cada vez más parecidos y sin señas de identidad.- Pero ya saben: sobre gustos no hay nada escrito y sobre rotondas menos... o ¿si?
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