jueves, 21 de junio de 2018

R.I.P. POR LOS CHOPOS DEL PARQUE DE MÉXICO

Pasar a primera hora de la mañana por el Parque de México y lo llevo haciendo desde hace 21 años, era hasta ahora, un recital de sorprendente variedad de trinos y con ellos muchas veces, se podían ver algunos pájaros asilvestrados, de los que nunca frecuentarán el Espolón y otras plazas encementadas. Como anécdota de su variedad increíble, el año pasado se pudo disfrutar, ver y oír por las noches un mochuelo que anidaba por la zona.

También había setas de chopo y, hace pocos meses, una colmena de avispas o abejas en uno de los troncos… 

A mí, me gustaba de este parque, especialmente el otoño en esos días en los que resultaba imposible recoger las hojas, y las había por miles. Me traía el recuerdo de mi hija de muy corta edad arrastrando los pies haciendo montones, para luego volarlas en una lluvia otoñal. ¡¡las veces que lo hicimos!!

En esta plaza muy poco frecuentada, también he visto escenas que me han conmovido como la de hace dos o tres años de un señor de avanzada edad que, primero acompañado, y luego solo, llegaba en silla de ruedas y agarrado a la barandilla de la pista de patinaje intentaba andar y mantenerse a duras penas de pie. Fui testigo de su sorprendente rehabilitación y de su gran tenacidad.



Los tiempos cambian, pero también es interesante que la ciudad no solo se proyecte al futuro siguiendo criterios personales, presupuestos, objetivos especulativos... y lo que es peor,  haciendo espacios UNIFORMES exentos de vida y de memoria.

Estoy verdaderamente cansado de que los espacios vividos  solo se conserven en mi memoria. Al final seré, seremos todos unos extraños en el lugar donde hemos nacido. Logroño también se debería reciclar, reutilizar, mantener lo antiguo, tiene que crecer con criterios de sostenibilidad social, ambiental, memoria... no todo es deconstruir para hacerlo de nuevo

Por cierto, me indigna que se quiera en el futuro cerrar este parque y definitivamente ahogarlo con la construcción de una casa en lo que son hoy los vecinos terrenos liberados de la vía. 

Al ver la foto de los árboles talados, suscribo lo que hoy dijo una persona menos vinculada con este lugar y  más sensibilizada por la naturaleza que yo: "ni sombra, ni frescor, ni biodiversidad, ni oxigeno... ni inteligencia o, al menos, el más mínimo instinto de supervivencia"

MI OTRO POST SOBRE ESTE PARQUE (2016)
'El sereno abandono  del parque de México'
http://arteurbanologrono.blogspot.com/2016/03/el-sereno-abandono-del-parque-de-mexico.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maravilloso relato... ¡cómo me gusta!