Estos días, las esculturas de Vicente Ochoa de la Glorieta se han convertido en bronce de la mano de otro excelente escultor como es Ricardo González. Demasiado tiempo han estado vacíos estos pedestales que el vandalismo y el paso del tiempo nos privó de su presencia. Hoy, corresponde felicitar su acertada reposición que para muchos, es una llamada al recuerdo y a la memoria de otros tiempos y de otra Glorieta.
Niño con botijo y Niña llorando |
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